...me presento

7.30 suena despertador después de dormir menos de lo habitual, y mal, gracias a una desviación innata del tabique nasal.

745 he bebido un café malo a toda prisa, me he duchado, vestido y salido de casa.

8.15 Nada mas bajar del ascensor, el puto móvil está en el baño! vuelta para arriba.

8.16 Llego al garaje y se me cae el llavero al suelo. se rompe (no tendría ninguna importancia si no fuese una piedra rarisima recogida en una de esas playas que sólo hay por aquí, con un agujero natural en medio, a la que tengo mucho cariño y que encontró un amigo diciéndome: para que te dé suerte).

8.17 El mando del garaje no funciona.

9.00 He llegado hace un ratillo al curro y sorpresa! No hay red ni Internet… a pesar de haber 5 ingenieros informáticos trabajado aquí, hacen lo que haría yo: desenchufar y enchufar (además de un ping al router y un no sé que más... que creo que se lo inventan).

Llevo hora y media de día y esto no pinta bonito. Es el momento perfecto para comenzar mi presentación…

Soy un oso azul, que por qué? Llevo buscando esa respuesta desde que nací. No sé de dónde vengo y sobre todo, sabe dios a dónde voy. (pero en eso no soy distinto de los humanos). Mi única certeza es que CREO que soy un oso azul.

El caso es que últimamente he estado buceando un poco en la “blogsfera” (es así?), desde que, hace ya algún tiempo, una amiga me invitó a escribir en su blog… y hoy los dioses y las ninfas me han anunciado que era el día: parado y cabreado, el mejor momento para vomitar.

Ser un oso azul tiene su ventaja, te crees diferente, que no es poco. Pero también tiene su inconveniente, la gente te ve diferente, te sientes sólo aunque intentes estar siempre rodeado.

Desde pequeño he sido consciente de ser un oso azul, he tenido los mismos defectos que heredo hoy. Es más, sigo siendo pequeño en cuerpo de adulto. No!, soy un adulto en cuerpo de adulto que le gustaría ser pequeño en cuerpo de pequeño. Soy un oso azul que no le ve mucho sentido a esto, tampoco.