rebuscando

La perspectiva hace que las cosas se vean de forma subjetiva. Cuando me miro, mi vida, veo a una persona deambular, sin rumbo, sin obstáculos serios, pero sin terreno firme... hay quien dice (y seguro, seguro que no le falta razón), que soy una persona afortunada. Depende, como digo, de la perspectiva...
Con el tiempo, el futuro incierto puede que me haya convertido en un poco hipocondriaco (yo creo que más porque la gente me comenta que lo soy, que me lo acabo creyendo)... en este punto me gustaría volver a tocar el tema del psicoanálisis, un tema apasionante que desconozco casi por completo. El caso es que las letras de Mishima han hecho que busque en mi interior esas causas oscuras ya ancladas en el alma, causa de mi desazón y de mi forma de “no ver” el futuro, ya desde bien pequeño.

Rebuscando, rebuscando encuentro dos sucesos que a los ojos de un adolescente pueden ser tan impactantes como para (de) formar mi carácter.

El primero en importancia fue una enfermedad de mi hermano. El era (y es) una persona que se puede considerar exitosa. Yo, en cambio, consideraba que yo no valía gran cosa (cosa común en un quinceañero...o en un adulto con dos dedos de frente). Ante la gravedad de una operación delicada, pedí a Dios cambiarme por él. Que la enfermedad pasase a mí, que había menos que perder... desde entonces la espero como una cruel broma del destino que se hace esperar, pero que sé que ha de llegar...
Esta historia no la sabe nadie (o tal vez una persona). Puede parecer una bobada, pero me da mucho pudor contarla.

La segunda historia la contaré otro día, que esto de desnudarme tan pronto me da mucho frío.
pd. la foto? pues rebuscando...