ENCANTADO DE DESCONOCERTE

Si alguien me conociera... huiría de mi, escaparía corriendo. Dicho esto creo que es algo que es común al ser humano. No conocemos al que tenemos junto a nosotros en la oficina, o incluso en la cama. Lo mejor de las personas suele ser bastante evidente, aflora y se valora públicamente. Pero hay otra parte, oscura, que se esconde en una cueva de nuestra alma. Esa nadie la conoce, sólo nosotros, y nos cuidamos bien de no enseñarla a nadie. Ese fantasma grotesco es el culpable de nuestro egoísmo, de nuestra insinceridad, de nuestros malos sentimientos, a veces suicidas, a veces psicópatas. Los peores. Sin embargo, somos capaces de convivir con nosotros mismos, pero nunca lo aceptaríamos en los demás. ¿Quién es capaz de aceptar que existe dicho engendro en nuestra madre, hermana, mujer o novia?. Yo no.
Quien diga que te conoce, te miente, y da gracias a dios, porque si no viviríamos sólos, aislados sin relación los unos con los otros, soportándonos, O INTENTANDOLO.