no hay título posible

Menudo puente, para esto es mejor trabajar... y es que dos comentarios me han sacudido la conciencia... uno es bastante trivial, una pregunta de mi padre: ¿tu no tendrás vocación de soltero no?...joder papa, que eso no es cuentión de vocación, es simplemente que no encuentro a esa persona que busco, y busco.

Por otro lado, mucho más serio y también relacionado con la vocación...

Decido llamar a un par de amigos. Amigos desde la infancia. De esos que no ves todos los días pero les tienes mucho aprecio, por lo humanos que son. Quedamos en un acantilado solitario. El sol, ya dándose por vencido, está a la altura de nuestra frente, agua chispeante y gaviotas flotando...el marco perfecto para el suceso... A uno de ellos le comento mis planes (esbozo de plan) de ir a Marruecos este verano... me dice: no creo que pueda porque comienzo en un seminario en septiembre... no! No se refería a un seminario de “inteligencia emocional para ejecutivos agresivos”. Es un seminario de esos en los que se estudia para ser sacerdote, vamos, cura...yo, perplejo le pregunto: para que vas a estudiar a un seminario? Entonces empieza un debate sobre sus inquietudes... y yo, punzante, como siempre, intento indagar en lo más profundo de su alma....
Vale, le entiendo, pero, por qué, vale que es católico, que es un poco introvertido, que no le llena su trabajo, que no le da casi valor al dinero, que busca algo “más elevado”...JODER YO TAMBIEN Y NO ME VOY AL TIBET!

En fin, aunque con mucho miedo, en el fondo me alegro por él, le tengo envidia porque ha encontrado su camino y yo sigo en mi búsqueda, perdido en un bosque un día nublado, donde todo es extraño y la dirección incierta...solo espero una cosa: no haberme dejado el camino atrás.